4/07/2010
Luz.
La divinidad es algo que puede alcanzarse sin necesidad de envolverse en ninguna religión. Y es algo solitario, en su primer estadio.
Es una fase continua de placer, pero de un placer viejo y potente, muy continuo. Como un goteo permanente de oro, resulta indescriptible, justamente como todas las cosas que no deben ser descritas. El lenguaje, de hecho, no puede adaptarse de forma alguna a la divinidad, ahí su misterio. Porque aunque se la relacione con la más clara de las luces, si lo pensáis bien, la divinidad es la mujer (es mujer) de las sombras.
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